Dice la Wikipedia sobre el concepto de burbuja económica:
Una burbuja económica es un fenómeno que se produce en los mercados, en buena parte debido a la especulación, que se caracteriza por una subida anormal y prolongada del precio de un activo o producto, de forma que dicho precio se aleja cada vez más del valor real o intrínseco del producto.
Y luego viene el “crash”… El momento en el que dicho sector que ha vivido una subida anormal sufre una caída repentina. ¿Está el mercado de las apps en esta situación?
No somos los primeros, ni mucho menos, que se preguntan esta cuestión. Desde hace varios meses, algunos analistas están alertando sobre la inminente explosión del sector de las aplicaciones móviles. Pero, de momento, este no se produce. Sigue apareciendo aplicaciones por doquier, para casi todos los aspectos que podamos imaginar.
Según un estudio de Localytics, el 22% de las aplicaciones se utilizan una sola vez. Y luego, se quedan en el móvil de adorno, hasta que son desinstaladas. Son las denominadas aplicaciones zombie que apenas reciben atención por parte de los consumidores. Algunos estudios afirman que un 80% de las apps disponibles son zombies. Están, pero como si no.
En España, cada día, se suben unas 2700 nuevas aplicaciones a las tiendas online. Esta expansión del mercado de las aplicaciones tiene una explicación muy sencilla: cada vez somos más los usuarios de teléfonos inteligentes. Pero la consultora Gartner, en uno de sus análisis, advierte: solo el 0,01% de las apps que existen hoy en día, serán un éxito económico en 2018.
Rentabilizar una aplicación no es fácil. Muchos de sus diseñadores confían en que la app atraiga la atención de grandes empresas que compren su diseño. Todos aspiran a ser la nueva WhatsApp, empezando casi de cero y llevándose millones de dólares tras vender el producto a Facebook. Pero convertirse en WhatsApp o Instagram es, obviamente, una utopía. Mientras tanto, los desarrolladores buscan el dinero de inversores para potenciar sus diseños y salir a la luz.
Sin embargo, muchas empresas del sector consideran que de burbuja, nada. Mantienen la confianza en que al mercado de las aplicaciones todavía le queda mucho recorrido y capacidad de adaptación. Campos como el deporte, la educación o el turismo se encuentran en expansión, ávidos de novedades. Ya hemos hablado aquí de las mejores apps según Fitur. Un sector en crecimiento constante como es el turismo precisa un apoyo de las últimas tecnologías.
Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Burbuja u oportunidad? Los analistas no se ponen de acuerdo. A nuestro juicio, el mercado de las apps está viviendo por encima de sus posibilidades. A medio plazo, se estabilizará, el boom quedará atrás, pero se mantendrá como un negocio jugoso para los inversores, que, a buen seguro, se lo pensarán un poco más a la hora de buscar el nuevo WhatsApp.
